IMATGES I SÍMBOLS EN L’OBRA DE MERCÈ RODOREDA

A grans trets, podem observar que l'obra de Mercè Rodoreda presenta una minuciosa preocupació per la utilització d'imatges i de símbols conceptuals, com a conseqüència d'una recerca constant de la perfecció formal i lingüística, com ha subratllat Pere Gimferrer en el seu Dietari 1979-80. Les narracions més realistes de l'autora (com són La Plaça del Diamant, Aloma de 1938-69 o Del que hom no pot fugir de 1934) ja presenten una preocupació per l'exteriorització de conflictes interns; és així com la paraula, l'expressió íntima, és per als personatges un procés de catarsi amb el qual troben solució momentània per al seu univers angoixat.

Carles Cortés i Orts

LA TEMÁTICA FILOSÓFICA EN LA OBRA DE UNAMUNO

En su obra Miguel de Unamuno aborda una serie de temas que son propios de la filosofía de todos los tiempos. Pero no les da una solución única y definitiva; por el contrario, la duda es la nota que predomina. Julián Marías reduce todos estos a uno: el problema del hombre y su perduración. Unamuno quiere saber cuál es la verdadera naturaleza de la muerte: si tras ella existe la eternidad o, por el contrario, si sólo hay la nada. Pero, para llegar a averiguar cómo es la muerte, ha de plantearse previamente dos preguntas: 1) ¿Cómo es la vida? y 2) ¿Cómo es Dios?. Unamuno observa que el individuo muerto tan sólo tiene realidad cuando nosotros, los vivos, lo recordamos, es decir, cuando “soñamos” en su existencia. La conclusión es que la vida sólo tiene realidad cuando es soñada por alguien; por eso Unamuno necesita que Dios exista porque tiene que soñarnos, ha de pensar en nosotros.

"EL DIABLO MUNDO" DE ESPRONCEDA

El protagonista de El diablo mundo descubre paso a paso, a través de experiencias sucesivas, la existencia del mal. Aquí no hay encarnación individualizada del mal, porque existe en todos los seres. El mundo se mofa de la inocencia y los sentimientos puros. Espronceda considera que no se puede escapar del mal, ya que se encuentra tanto en la gente del hampa como en la de la "buena sociedad". Debido a su temprana muerte, el autor no pudo concluir este gran poema.

LA OBRA LITERARIA DE ESPRONCEDA

La obra de Espronceda empieza con la redacción de artículos; sigue con la composición de la comedia neoclásica Ni el tío ni el sobrino en colaboración con Ros de Olano, la novela histórica Sancho Saldaña y la tragedia neoclásica Blanca de Borbón. En 1840 publica Poesías, un libro que contiene composiciones líricas, canciones, poemas de asunto histórico y El Pelayo, ensayo épico en que se combinan los rasgos neoclásicos con otros que ya no lo son. Posteriormente, se inicia una segunda etapa, ya plenamente romántica, a la que pertenecen poemas cortos como La canción del pirata, El canto del cosaco o Himno al Sol, junto con dos poemas narrativos extensos: El estudiante de Salamanca y El diablo mundo (inconcluso).

LOS IDEALES ROMÁNTICOS

Para Espronceda la figura del pirata representa al ser superior, caracterizado por el desprecio y transgresión de las normas y leyes de la sociedad. Su ideal consiste en vivir la vida plenamente (y de manera peligrosa también), actuando siempre al margen de los convencionalismos sociales. Se produce así un rechazo a los valores de la Ilustración no tan sólo de los materiales (utilidad, provecho, etc.), sino también al Racionalismo dieciochesco. En el conflicto entre la razón y la voluntad, Espronceda y los románticos conciben a la razón como sierva de la voluntad.

LIBROS SIN PLAN

Baroja nunca parte de un argumento cerrado y definitivo. Él mismo decía: “Yo escribo mis libros sin plan”. A Baroja no le preocupa la unidad compositiva; lo que realmente le importa son los episodios, las anécdotas y las digresiones. Piensa que la unidad es más propia de la obra teatral o del cuento.

EL SECRETO DE BAROJA

Azorín decía que el "secreto de Baroja" es su estilo, y el secreto de éste, según José María Vaz de Soto, está, por un lado, en que tiene como base de referencia la lengua hablada y, de otro, en la sinceridad y naturalidad de su tono.

EL ESTILO DE BAROJA

Baroja llevó hasta el extremo la tendencia antirretórica de la generación del 98. Los artificios de estilo le parecían “adornos de cementerio”. Su prosa se caracteriza por ser espontánea, vivísima, rápida, concisa y amena. Azorín consideraba que el de Baroja era un gran estilo, y decía: “Baroja escribe para decir algo, y lo dice de la manera más rápida y concisa posible”.

LA FIGURA LITERARIA DE GABRIEL MIRÓ

La figura de Gabriel Miró es personalísima e inclasificable, ya que no se puede adscribir claramente a ningún grupo o generación. Su distanciamiento respecto de la generación contemporánea del autor, la de 1914, es obvia por las siguientes razones:

• No propugna reformas.

• No se vincula a cambio social alguno.

• Su estética no es comprometida.

• Critica en el Libro de Sigüenza los defectos de la enseñanza y de la política españolas, pero lo hace desde una perspectiva universalista.

LAS ETAPAS DE LA OBRA DE GABRIEL MIRÓ

La obra de Gabriel Miró fue una recreación de su vida. Se distinguen tres etapas en su actividad literaria:

•Primera época (hasta 1910): En ella aún no está formado el estilo propio del autor. Las obras de este período se caracterizan por su extensión breve y el exceso de alusiones clásicas. Así mismo, presentan claras influencias del modernismo y el romanticismo. A esta época pertenecen Del vivir, La novela de un amigo y Nómada.

•Segunda época (1910-1920): Miró ha conseguido ya una técnica, una temática y un estilo propios y muy personales. Se trata de obras de larga extensión. En este período escribió Las cerezas del cementerio, Figuras de la Pasión del Señor y El libro de Sigüenza.

•Tercera época (hasta 1930): Es la fase de su madurez como novelista. En ella, hay que incluir las siguientes obras: Nuestro padre San Daniel, El obispo leproso y Años y leguas.