Ja el 1911, Gabriel Miró havia escrit un article on rebutjava
la idea vuitcentista que prenia el paràgraf com a unitat de sentit literari per
excel·lència. Contra el paràgraf, Miró hi oposa els mots mateixos. El fet en si
de pronunciar un mot engega un procés de records en cadena que brollen de la
representació d'aquell mot. D'aquesta manera la paraula "uña", en
"Don Marcelino y mi profeta", fa venir present al narrador la imatge
del seu mestre, que tenia una ungla de llargària conspicua. Aquest element, el
mot i la representació de "uña", esperona el record i, al mateix
temps, fa avançar la seqüència narrativa; i, en desaparèixer, hi posa
punt-i-prou, com s'esdevé al mateix relat quan el narrador recorda que el seu
mestre es va trencar l'ungla en qüestió. Amb l'ungla trencada, s'esvaeix també
el procés narratiu. Els mots, doncs, actuen a manera d'esperons del passat.
dimecres, 16 de desembre del 2015
MIRÓ CONTRA EL PARÀGRAF
LA IDEA DE CONFUSIÓN EN LARRA
Para expresar su visión del mundo como confusión, Larra
utiliza la "enumeración caótica", yuxtaponiendo elementos heterogéneos
con el propósito de que la disparidad de éstos sugiera la idea
de confusión. Asimismo, la palabra “confusión” se repite en
todos sus artículos. Pero, además, hay un
ejemplo donde esa idea de confusión se deduce. Se trata del artículo "La diligencia"; en él Larra
describe la galería de tipos que viajan en ella. Estas figuras forman un
conjunto lleno de movimiento dentro de una diligencia que conduce a la
confusión y el maremágnum, como una "representación perfecta" de la
sociedad o de la vida.
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Mariano José de Larra
EL COSTUMBRISMO DE LARRA
Larra suele figurar junto a los escritores costumbristas en
los manuales de literatura, pero esta adscripción debe matizarse cuando se
consideran las características del costumbrismo de este autor. Tanto Mesonero
Romanos como Estébanez Calderón entendían el costumbrismo como la descripción
de los ambientes pintorescos y populares y el retrato divertido e ingenioso de
unos tipos peculiares. Estos escritores se limitaban a observar la realidad y a
reflejarla. En cambio, en Larra lo costumbrista es el vehículo para conducir al
lector a la reflexión y para llevar a cabo una crítica comprometida y
constructiva. Satiriza los defectos comunes, personales y sociales a un tiempo.
Fustiga el sistema educativo en el artículo "La educación de
entonces", el sistema penitenciario en "Un reo de muerte" y
denuncia la lentitud endémica de la burocracia en "Vuelva usted
mañana".
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Mariano José de Larra
dimarts, 15 de desembre del 2015
LA INDEPENDENCIA ABSOLUTA DE LARRA
Para Larra el periodismo era la modernidad inexcusable ("un libro es a un periódico lo que un carromato a una diligencia") y, simultáneamente, la fórmula de salvaguardia de su independencia personal, tanto en el orden económico como en el plano moral y político. Larra alardeó insistentemente de su independencia absoluta: "no atenido a sueldos ni a voluntades ajenas, sino periodista para mí y ante mí" escribe en 1835; "independiente siempre en mis opiniones, sin pertenecer a ningún partido de los que miserablemente nos dividen, no ambicionando ni de un Ministerio ni de otro ninguna especie de destino" son las palabras con las que Larra inicia una carta que publicó en mayo de 1836.
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Mariano José de Larra
LA NOCHEBUENA DE 1836
"La Nochebuena de 1836" es una amarga confesión de
Larra sobre su lamentable estado. Veía cerrados todos los caminos: el político,
porque si bien obtuvo el acta de diputado por Ávila en las elecciones de julio
de 1836, éstas fueron anuladas por el Motín de la Granja; el literario, al ser
acusado de venderse por dinero cuando firmó contratos con los periódicos de la
oposición y el personal, con la ruptura de una relación amorosa con Dolores
Armijo, una mujer casada. Larra puso fin a su vida de un disparo el 15 de
febrero de 1837; tenía entonces 28 años.
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Mariano José de Larra
VENTAJAS DE LAS COSAS A MEDIO HACER
En el artículo "Ventajas de las cosas a medio
hacer" (1834), Larra dice que en España las cosas decisivas nunca se hacen
radicalmente, es decir, de una vez para siempre. De ahí ese eterno tejer y
destejer, ese permanente viaje del liberalismo al absolutismo, del absolutismo
al liberalismo, sin que en realidad cambien las estructuras. En España nada
pasa de moda, nada se transforma, nada envejece, porque nada vive.
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Mariano José de Larra
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